Emerald Cruises Rin: 7 noches desde Amsterdam con Emerald Sky
7 dic. 2025

Colonia

Embárcate en un viaje de ensueño desde la vibrante ciudad de Colonia, Alemania, a orillas del majestuoso río Rin. Con su imponente catedral gótica y su rica historia, Colonia es el punto de partida ideal para un crucero fluvial que te sumergirá en la belleza del Valle del Rin. Imagina la serenidad de navegar por el río, disfrutando de los paisajes de viñedos y castillos medievales. Un crucero desde Colonia es una experiencia relajante y cultural, perfecta para los amantes de la historia, la arquitectura y la buena gastronomía. Prepárate para un viaje inolvidable por el corazón de Europa.

Si te gusta la cerveza, ¡Colonia es el mejor destino para ti! Colonia es famosa por su cerveza local, la Kölsch, una cerveza ligera y refrescante que se sirve en vasos pequeños. La ciudad tiene numerosos pubs tradicionales, llamados Brauhäuser, donde se puede degustar esta cerveza. Si eres un amante del ambiente navideño, debes visitar los mercadillos navideños de Colonia. Son de los más populares de Alemania y atraen cada año a millones de visitantes con su ambiente festivo, su artesanía y sus delicias culinarias.

Coblenza

Heidelberg

Con una afluencia anual de unos tres millones de turistas al día, Heidelberg ocupa los primeros puestos en todas las estadísticas de Alemania, Europa y probablemente del mundo. Considerada una de las ciudades más bellas de Alemania. Heidelberg es la ciudad de historias de amor y del clásico turismo urbano internacional. Aporta puntos fuertes, entre el romanticismo del Puente Viejo y el majestuoso castillo, con eventos culturales que ofrecen gastronomía de alto nivel, bastante sabrosa y acogedora. Será necesario al menos un día para visitar la ciudad y su castillo. Desde el centro histórico, se llega en pocos minutos a pie o en tren a las pintorescas ruinas del castillo al norte del Königstuhl; para quienes deseen disfrutar de una vista impresionante, pueden subir por el Paseo de los Filósofos (Philosophenweg). Comprenderá la turbulenta historia de este imponente edificio a lo largo de sus 700 años de existencia. Alberga la barrica más grande del mundo, construida con 130 troncos de roble, de más de ocho metros de ancho, y puede contener un volumen de 221.726 litros. El castillo alberga, cada verano, uno de los festivales de teatro al aire libre más hermosos del sur de Alemania, cuya primera edición se remonta a 1926. Desde la fortaleza se toma el sendero que desciende por la Burgweg, un territorio magnífico que posee un gran lugar histórico: el Centro de Documentación Cultural de Gitanos y Sinti Alemanes. Una exposición permanente que presenta la vida y el destino de esta comunidad, recordando el genocidio nazi del que fueron víctimas. En el corazón de la ciudad vieja se encuentra la Marktplatz ("plaza del mercado") donde encontrará elegantes casas patricias, numerosos bares y muchas tiendas bonitas, decorada con una hermosa fuente que adorna Heidelberg.

Kehl

Basilea

La ciudad de Basilea es un cantón de Suiza y está atravesada por el río Rin. Sus fronteras forman una triple frontera junto con las de Alemania (estado de Baden-Wurtemberg) y Francia (Alsacia).

Rica en ambas culturas, la zona presenta una apariencia muy particular. El dialecto está profundamente inmerso en esta mezcla de culturas. Rodeada por las colinas del Jura, los lagos de los Vosgos y los abetos de la Selva Negra, Basilea es una ciudad sumergida en la naturaleza. El Jardín Botánico y los numerosos parques a lo largo del Rin invitan a largos paseos. En el zoológico, la casa Etosha ofrece espectaculares muestras de fauna.

Con cuarenta museos famosos en todo el mundo, la ciudad tiene la mayor concentración de museos del país. La gran plaza del mercado, el ayuntamiento ricamente decorado y la catedral románica-gótica son los símbolos históricos de la ciudad. Una excursión por el casco antiguo te hará descubrir pequeñas boutiques, librerías de antigüedades y también tiendas de diseño moderno. Te recomendamos hacer una parada en el "Läckerli Huus" para probar los tradicionales dulces de miel, que son realmente deliciosos.