Seabourn Mediterráneo: 14 noches desde Barcelona con Seabourn Sojourn
17 may. 2025

Valencia

Valencia, con su puerto moderno y accesible, es el punto de salida perfecto para unas vacaciones en crucero. Los cruceros desde Valencia te permiten explorar los destinos más fascinantes del Mediterráneo, como las Islas Baleares, Italia, Francia y mucho más. Con una amplia oferta de itinerarios, podrás disfrutar de la cultura, la gastronomía y los paisajes únicos de cada destino, mientras te relajas a bordo de barcos de lujo. Aprovecha esta oportunidad para vivir una experiencia inolvidable en el mar, combinando confort, diversión y la belleza del Mediterráneo.

Valencia, situada en la costa este de España, tiene una posición estratégica en el Mediterráneo, lo que la convierte en un puerto ideal para iniciar un crucero. Desde aquí, puedes explorar fácilmente destinos icónicos como las Islas Baleares, la Costa Azul, Italia y más. Los cruceros desde Valencia te permiten descubrir lo mejor del Mediterráneo en itinerarios que combinan belleza natural, historia y cultura. La ubicación del puerto garantiza que tus vacaciones en crucero comienzan con un acceso directo a algunos de los destinos más impresionantes del mundo.

El puerto de Valencia es conocido por sus infraestructuras modernas y su fácil accesibilidad. Está bien conectado por carreteras y a pocos minutos del aeropuerto internacional, lo que facilita el acceso tanto a los viajeros locales como internacionales. Además, cuenta con instalaciones de embarque eficientes y servicios pensados para ofrecer una experiencia fluida y cómoda desde el momento en que llegas. La modernidad del puerto permite que los pasajeros disfruten de una salida sin complicaciones, enfocándose únicamente en disfrutar de su crucero.

Una de las principales ventajas de los cruceros desde Valencia es la gran variedad de itinerarios disponibles. Desde escapadas de pocos días hasta largos recorridos por el Mediterráneo, siempre encontrarás una opción que se ajuste a tus deseos de aventura. Puedes elegir rutas que incluyan las Islas Baleares, las ciudades costeras de Francia, o incluso llegar a las costas italianas, disfrutando de lo mejor que estos destinos tienen para ofrecer. Cada itinerario está diseñado para ofrecer una mezcla perfecta de descanso, aventura y exploración.

Antes o después de tu crucero, Valencia te ofrece una rica experiencia cultural. Desde su impresionante Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta su casco antiguo lleno de historia, la ciudad es un destino en sí misma. Los pasajeros pueden disfrutar de la arquitectura moderna, visitar museos, degustar la famosa paella valenciana o simplemente pasear por sus encantadoras calles. La vibrante vida cultural y gastronómica de Valencia hace que cualquier estancia en la ciudad sea el complemento perfecto a un crucero por el Mediterráneo.

Cartagena

Cartagena es una ciudad con más de 2000 años de historia, fundada por el general cartaginés Asdrubale en el 227 a.C., hoy es una de las ciudades más visitadas de España.

Cartagena ofrece muchas actividades a sus visitantes, culturales y de ocio. Para no perder es el antiguo teatro romano con su historia milenaria y sus excavaciones arqueologicas. Admás es posible praticar senderismo y buceo, saborear platos de comida tradicional y visitar iglesias y importantes museos.

Lisboa

La capital de Portugal, Lisboa, ha vivido una grande renovación en los últimos años, con una cultura y una gastronomia extraordinaria. No te pierdas el Bacalao a la braga u los Pastis de Nata! Puesta en la Costa del oceano atlantico, es una de las pocas ciudades europeas que utilizan el agua del oceano como elemento que define la ciudad. Lisboa encanta sus visitantes con sus edificios de azulejos, callejuelas y un fascino antigua que la hace especial todo el año.

Leixoes

Ferrol

Ferrol es una ciudad portual de Galicia, en la provincia de La Coruña, en el norte de España.

Bordeaux

Burdeaux es una ciudad con vista al Océano Atlántico y tiene un puerto que alberga grandes barcos. La ciudad, inicialmente llamada Burdigala, fue fundada en el siglo III aC  en un área pantanosa. Burdeux era un centro neurálgico para el comercio exterior de estaño y plomo. Después de la llegada de los romanos, Burdeaux se convirtió en una de las ciudades más ricas de Galia y fue repetidamente saqueada por visigodos y vándalos.

Con el tiempo, la ciudad mantiene relaciones comerciales con Englaterra, con la que comercia en sal y vino y, en el siglo XVI, el azúcar colonial y los esclavos se convierten en importantes fuentes de sustento.
La ciudad de Burdeaux tiene un centro histórico que se puede visitar a pie, pero que no le falta atracciones y vitalidad. En la noche, de hecho, la ciudad está poblada por jóvenes que animan las plazas y los mil lugares que puedes encontrar en el centro, donde puedes degustar excelentes vinos y sumergirte en la atmósfera romántica que la ciudad asume al atardecer. No se pierda el Château de la Brède, un castillo de estilo gótico del siglo XIV rodeado por un foso y un jardín de estilo inglés. El castillo fue el hogar del filósofo Montesquieu, cuyos visitantes pueden ver la biblioteca y el dormitorio que se mantuvo intacto desde el siglo XIX.
Visite la hermosa iglesia de San Eloi: fundada en el siglo XII, la construcción y luego la reestructuración continuaron hasta el siglo XV, que se remonta a la estructura actual. La iglesia es una de las paradas en el camino de Santiago de Compostela y forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. También desde un punto de vista eno-gastronómico, Burdeaux ofrece una amplia selección de restaurantes, bares y lugares para degustar vinos y excelente comida.

Bordeaux

Burdeaux es una ciudad con vista al Océano Atlántico y tiene un puerto que alberga grandes barcos. La ciudad, inicialmente llamada Burdigala, fue fundada en el siglo III aC  en un área pantanosa. Burdeux era un centro neurálgico para el comercio exterior de estaño y plomo. Después de la llegada de los romanos, Burdeaux se convirtió en una de las ciudades más ricas de Galia y fue repetidamente saqueada por visigodos y vándalos.

Con el tiempo, la ciudad mantiene relaciones comerciales con Englaterra, con la que comercia en sal y vino y, en el siglo XVI, el azúcar colonial y los esclavos se convierten en importantes fuentes de sustento.
La ciudad de Burdeaux tiene un centro histórico que se puede visitar a pie, pero que no le falta atracciones y vitalidad. En la noche, de hecho, la ciudad está poblada por jóvenes que animan las plazas y los mil lugares que puedes encontrar en el centro, donde puedes degustar excelentes vinos y sumergirte en la atmósfera romántica que la ciudad asume al atardecer. No se pierda el Château de la Brède, un castillo de estilo gótico del siglo XIV rodeado por un foso y un jardín de estilo inglés. El castillo fue el hogar del filósofo Montesquieu, cuyos visitantes pueden ver la biblioteca y el dormitorio que se mantuvo intacto desde el siglo XIX.
Visite la hermosa iglesia de San Eloi: fundada en el siglo XII, la construcción y luego la reestructuración continuaron hasta el siglo XV, que se remonta a la estructura actual. La iglesia es una de las paradas en el camino de Santiago de Compostela y forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. También desde un punto de vista eno-gastronómico, Burdeaux ofrece una amplia selección de restaurantes, bares y lugares para degustar vinos y excelente comida.

La Rochelle

Saint Helier

Portsmouth (USA)

Dover

A solo 21 millas del continente europeo (los acantilados franceses son visibles en un día claro), es el cruce principal a través del Canal de la Mancha.

Severamente dañado por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, el centro de la ciudad y su costa no tienen muchas atracciones para inducir a muchos viajeros a detenerse, de hecho a menudo se trasladan a la capital. Para los viajeros más exigentes, el Castillo de Dover sigue siendo, con mucho, la atracción más interesante del puerto, mientras el paisaje ofrece legendarios acantilados que dominan la ciudad y que han sido durante mucho tiempo una fuente de inspiración para los amantes. los viajeros y soldados que zarparon para la guerra