Crucero desde Larnaca

Situada en el extremo oriental de Chipre, al sureste de la isla, la ciudad cuenta con todos los recursos posibles. La isla ofrece unas vacaciones relajantes para los amantes del mar, la cultura y el relax. Territorio ideal tanto para familias como para aventureros solitarios. Pequeña ciudad rica en historia, Lárnaca es la localidad más famosa de la isla y sigue siendo una localidad poco concurrida, donde encontrar calma y tranquilidad durante su estancia. El primer lugar a visitar son, naturalmente, sus largas playas de arena. Aquí, numerosas excursiones son posibles como: el Monasterio de Stavrovouni, o el acueducto de Kamares. La población multiétnica reúne pacíficamente las religiones, mayoritariamente dominada por cristianos e islámicos. Otro contraste interesante son sus edificios religiosos más célebres, la Iglesia de S. Lázaro y la mezquita de Hala Sultan Tekke, una de las más bellas del mundo. Pasee por la parte costera de la ciudad salpicada de palmeras; la animada vida nocturna, no podrá resistirse a los hermosos locales y pubs con vistas al mar. Muchos restaurantes sirven especialidades chipriotas, en particular comida a base de pescado fresco, a la parrilla y el célebre pan ácimo. A lo largo del mar, terminará el recorrido en el museo del fuerte de Lárnaca que le hará revivir su historia.
La metrópolis fue ocupada por los aqueos, chipriotas y fenicios, dejando sus huellas, hoy visibles, en la arquitectura de la zona y en los monumentos más antiguos de la ciudad. Además de los ricos monumentos, sumergiéndose en el fondo marino, encontrará un enorme pecio llamado Zenobia esperándole en las profundidades de las aguas turquesas.
Curiosidad: El lago salado natural de Lárnaca, que se encuentra a 5 km de la ciudad, se considera un área protegida y representa un verdadero hábitat natural. Según la leyenda, una anciana propietaria de un viñedo se negó a donar agua y comida a San Lázaro que, como respuesta, transformó los viñedos en un árido lago salado.